6.2 el temblor de ayer....

6.2 ayer sentimos un fuerte temblor en nuestro país

Damián Arroyo C.
Editor Web
 
Veí­amos Telenoticias mientras almorzábamos en la oficina. De pronto todo se empezó a mover, incluso la imagen de Pilar Cisneros. Mantuvimos la calma y esperamos que el temblor se detuviera, pero no sucedió. Decidimos salir, y pedí­amos a algunos compañeros que no corrieran.
Cuando llegamos a la puerta de la oficina, Adrián dijo que no se podí­a abrir: con el susto del temblor se le habí­a olvidado de presionar el botón para liberar la puerta. Pero al abrirla no pudimos movernos más, pues nos dimos cuenta de que todas las paredes y el techo del lobby del edificio de oficinas donde trabajamos son de vidrio y, como aún estaba temblando, nos preocupaba que aquellos ventanales sucumbieran.
Finalmente salimos al parqueo donde también estaban otras personas de las demás empresas que están en Ofiplaza del Este. Noté que muchos no estaban seguros de qué hacer y que otros se quedaban debajo de los grandes ventanales o bien en el lobby del edificio en lugar de estar en un sitio seguro.
En ese momento me puse a pensar de que después de tantos años y pese a la experiencia de cientos de temblores en Costa Rica, muchos ticos todaví­a no están preparados para este tipo de situaciones y ponen en riesgo su vida y la de los demás.
Pensé en la necesidad de que tanto en mi trabajo como en las otras empresas del complejo de oficinas debemos hacer un plan para evacuar el edificio en orden para no lamentar nada en el futuro.
Lo principal en este tipo de acontecimientos es mantener la calma y no salir corriendo, ya que la mayorí­a de los accidentes después de un temblor suceden por el desorden de las personas que huyen corriendo y se golpean o se caen.
Además tenemos que recordar que tanto en nuestras oficinas como en nuestros hogares es necesario planificar una evacuación y señalar los lugares seguros donde se debe ir cuando hay temblores o terremotos.
Debemos tomar conciencia y emplear los consejos que nos dan en la Comisión de Emergencia, para que muchas desgracias se eviten.