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Winnie Pooh era hembra y no lo sabíamos

Esta es la explicación.

Con el regreso de Winnie Pooh y sus amigos a la pantalla grande, han surgido nuevas historias respecto a los orígenes del osito amarillo que conocemos. Una anécdota que ha cobrado fuerza últimamente es que en realidad Pooh es hembra.

Dado que llevamos años viendo a Winnie con hábitos y voz masculina en innumerables metrajes de Disney, en un principio suena absurdo considerar esta hipótesis, pero visto desde el punto de la escritora Lindsay Mattick, es un hecho.

Mattick es autora del libro Finding Winnie: The True Story of the World's Most Famous Bear, aquí se revela que el personaje de Winnie fue hembra desde el principio, pero la inocencia de un niño cambió la historia para siempre.

Lindsay Mattick relata que su bisabuelo Harry Colebourn —ex veterano de guerra y afamado veterinario— compró en su juventud una pequeña osezna a la que nombró "Winnie" en honor a la tierra que lo vio crecer (Winnipeg, Canadá).

Aunque la relación con su mascota iba de maravilla, las obligaciones laborales y familiares de Colebourn no le permitían hacerse cargo de Winnie como era debido, sin mencionar que la osezna estaba creciendo mucho.

Así fue como Colebourn acabó viajando a Londres para entregar —muy a su pesar— a su querida Winnie al zoológico principal de la ciudad. En una obra misteriosa y afortunada del destino, a los pocos días el escritor A.A. Milne visitó con su hijo el recinto para observar a las especies animales recién llegadas.

El hijo de A.A. Milne, Christopher Robin Milne, observó a lo lejos a la ozesna Winnie y corrió emocionado hacia ella al notar el parecido que tenía con su osito de peluche favorito.

El niño gritó "¡Edward!", señalando a Winnie. Ya que el nombre de la osezna estaba en su jaula, A.A. Milne corrigió a su hijo diciendo que no se llamaba Edward, sino Winnie.


Al regresar a casa Chirstopher Robin le cambió a su osito el nombre de Edward por el de Winnie y la mente creativa de Milne hizo el resto: creó personajes e historias inspirados en su hijo y sus juguetes, incluyendo al oso estrella recién renombrado.

Por supuesto a Lindsay no le molesta el legado que A.A. Milne y Disney crearon, de hecho cree que es una gran historia y una curiosidad cultural para perpetuar la memoria de la querida mascota de su bisabuelo.


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