Margarita Henríquez es la tercera

Lo viste por Sony Entertainment Television

El show de búsqueda de talentos musicales producido en exclusiva por Sony Entertainment Television cerró anoche con broche de oro su tercera temporada. En un set lleno de emoción, suspenso, nerviosismo y muchísimo talento, y luego de meses de intensa competencia, las dos finalistas escucharon salir los resultados de la boca de Monchi: Margarita resultó ser la ganadora. Tanto Margarita como María José, recibieron ovaciones incesantes del multitudinario público presente en los estudios, que los acompañó desde temprano con carteles, gritos y aplausos. Naturalmente emocionada, Margarita recibió la noticia junto a su familia, que viajó especialmente para compartir ese momento en que la talentosa chica se convertía en la tercera Latin American Idol. La panameña se despidió cantando una de sus canciones favoritas y agradeció a quienes, semana a semana, la apoyaron con su voto. Y, como ya habíamos hecho alarde, para el último show de Latin American Idol contamos con la importante presencia de ídolos de otro nivel: David Bisbal, Beto Cuevas y Belanova animaron la velada, además de Carlos Peña, el segundo Latin American Idol, que llegó a presentar su nuevo disco. En el concierto emitido el miércoles 8 de octubre, Margarita y María José desbordaron gracia, encanto y talento vocal, valga decir; pero también con el sabor agridulce de la espera nerviosa y la nostalgia. Los 11 últimos finalistas, asistieron también a esta última presentación de la tercera temporada de Latin American Idol, que fue, en suma, una noche grande, y una transmisión en vivo, de dos horas de duración, vista por miles de espectadores latinoamericanos a través de las pantallas de Sony Entertainment Television. En este punto no queda otra que seguir disfrutando de todos los detalles del último concierto y la gran final de este show sin precedentes a través de www.latinamericanidol.com. Estaremos a la espera de noticias de esta talentosa chica, que todo un continente eligió para ser deleitado con su voz.